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La importancia del intérprete de lengua de signos: las personas sordas también hablan

Ojalá sea cierto que la profesión del intérprete está saliendo de las sombras. Ojalá estemos consiguiendo que esta figura tan necesaria en nuestra sociedad deje de confundirse con la profesión de actor. El intérprete no hace una labor artística, sino social. Su trabajo consiste en eliminar las barreras lingüísticas y culturales que se interponen entre las personas que hablan idiomas diferentes. Trabajan para conseguir que estas personas se entiendan, haciendo que fluya la comunicación entre ellas en cualquier contexto y sin ningún problema. De ese  modo, si dos presidentes de países diferentes desean conversar, se servirán de un intérprete para ello.

También si una persona se pone enferma en un país extranjero, podrá solicitar que un intérprete de su idioma le asesore durante la consulta médica. Además, el intérprete puede encargarse de transmitir conferencias en distintas lenguas o de traducir oralmente las intervenciones de un juicio si alguna de las partes lo requiere. Estos son solo algunos ejemplos de los contextos en los que puede trabajar un intérprete.

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El intérprete y el habla

Evidentemente, no resulta difícil comprender que dos personas que hablan idiomas diferentes necesiten ayuda para lograr entenderse. Pero hay algo que se nos escapa: ¿acaso «hablar» es sinónimo de «pronunciar palabras»? Si es así, ¿qué ocurre con quienes no hablan? ¿No pueden comunicarse? ¿Acaso no tienen nada que decir? Nada más lejos de la realidad que eso.

En primer lugar,  entre las muchas acepciones del verbo «hablar» que se recogen en la RAE, se incluyen las siguientes: «expresarse de un modo u otro» y «explicarse o darse a entender por medio distinto de la palabra». En segundo lugar, el hecho de que alguien no pueda emitir palabras no implica, ni remotamente, que no tenga nada que comunicar. Es más: las dificultades a las que la comunidad sordomuda se enfrenta a diario hacen que ellos ansíen más que nadie alzar la voz  para que se les escuche. Las personas sordas necesitan darse a entender como cualquier otro.

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Personas sordas y el intérprete

Los sordomudos aprenden a comunicarse mediante un código lingüístico que es la lengua de signos. Esta lengua de signos también varía según la cultura en la que se haya desarrollado. Los sordomudos españoles utilizan un código lingüístico del que emplean los sordomudos ingleses, por ejemplo. Así pues, los sordomudos de distintas comunidades necesitarán la intervención de intérpretes de diferentes lenguas de signos para comunicarse.

Pero, además, se encuentran con otra dificultad. Tampoco pueden comunicarse fácilmente con las personas con las que comparten la cultura ligada a la zona geográfica en la que viven. ¿Y por qué? Por la sencilla razón de  ellos no pueden manejar la lengua oral y muy pocos oyentes se molestan en aprender la lengua de signos. ¿Cuántos se han parado a pensar cómo es el día a día de una persona sorda? ¿Qué ocurre si esta persona vive sola y alguien llama a la puerta? ¿Cómo se da cuenta? ¿Y si su bebé llora quién se entera? Para facilitar su autonomía en estas actividades de la vida cotidiana, se ha desarrollado un sistema de luces que se encienden al recibir los distintos estímulos sonoros para avisar a la persona sorda de la situación.

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Sin embargo, cuando se trata de interactuar con los oyentes, la cosa se complica: ¿Cómo puede una persona sordomuda enterarse de lo que el profesor explica en clase y plantear sus dudas? ¿Cómo puede el médico atenderle en la consulta si no se entera de lo que le pasa? ¿Cómo puede hacer una entrevista de trabajo y en qué puede trabajar, si nadie entiende su código lingüístico? Estas desventajas convierten a la comunidad sordomuda en un grupo minoritario y todavía, en muchas circunstancias, marginado. Por ello, los intérpretes de lengua de signos son imprescindibles para su integración social.

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El intérprete de lengua de signos

El intérprete de lengua de signos es una persona oyente y con capacidad de habla que transmite a los demás oyentes lo que la persona sordomuda quiere decir y viceversa. Es decir, el intérprete es quien hace posible la comunicación entre la comunidad sordomuda y el resto de la sociedad. El intérprete rompe el silencio, rompe barreras y hace que todo el que tiene derechos por fin los ejerza. Gracias al intérprete de lengua de signos, los sordos tienen oídos, los mudos tienen voz y todos ellos tienen voto.

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2 comentarios en «La importancia del intérprete de lengua de signos: las personas sordas también hablan»

  1. Por favor, cambien la palabra “sordomudo” de vuestro artículo ya que, para el colectivo sordo y para los/as profesionales que trabajamos con ellos/as es un término peyorativo.
    Lo adecuado sería PERSONA SORDA.
    Gracias.

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