¡ Feliz 2017 !
Espero que este nuevo año os haya recibido con los brazos abiertos. A partir de este momento, tenéis delante de vosotros un libro en blanco titulado “2017” a la espera de ser completado con vuestras vivencias, con todos vuestros propósitos y deseos por cumplir. No todos pueden gozar de este privilegio, así que tenemos que sentirnos muy afortunados de ello.
Os dejo unos minutos para reflexionar y diseñar vuestro “plan mental” para este recién estrenado 2017.
A simple vista, tampoco parece tan complicado: enumeramos en una lista nuestros objetivos y, diariamente, repasamos mentalmente los puntos y ponemos todo nuestro esfuerzo y nuestras ganas en cumplirlos.
Sí, la teoría está muy clara. El problema aparece cuando queremos llevar estos propósitos a la práctica. Cambiar nuestros hábitos y adaptarnos a nuevas costumbres es un reto que se nos resiste a todos como gato panza arriba.
Hoy quiero ayudaros a lograr todo lo que os propongáis para este nuevo año. Según estudios neurológicos y relacionados con la psicología cognitiva, existen una serie de claves científicamente probadas para CAMBIAR A MEJOR de una vez por todas:
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Pensar siempre en positivo
No nos damos cuenta de la influencia que nuestros pensamientos tienen en nuestros actos. Ni tampoco somos conscientes del poder de nuestra mente. En lugar de darle vueltas a frases como “no puedo”, “no lo voy a conseguir”, tenemos que reformular nuestras ideas en positivo. El cerebro “piensa” en imágenes, así que si nos visualizamos a nosotros mismos realizando ese propósito y lográndolo, estaremos dando grandes pasos hacia adelante.
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Objetivos concretos y cortoplacistas
El truco: detallar muy bien qué, cómo y cuando quiero alcanzar mi objetivo. Es fundamental proponernos metas diarias, semanales y/o mensuales. Si no hemos conseguido antes nuestros propósitos, probablemente haya sido porque nos hemos fijado “imposibles”. Seamos más realistas y conseguiremos que nuestros “sueños” se hagan realidad.
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Automatización y repetición
El funcionamiento del cerebro es similar al de un músculo. Necesita que lo ejercitemos, que repitamos las acciones reiteradamente para conseguir asimilarlas de forma automática. Solo, de esta forma, conseguiremos convertir el esfuerzo diario en una costumbre natural.
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Tener paciencia
“Todo esfuerzo tiene su recompensa…si tenemos paciencia”. No podemos desesperarnos o frustrarnos si avanzamos lentamente en nuestro caminar o si a veces “tropezamos con la misma piedra”. Hay que aprender a tomarse la vida con calma y ser conscientes de que “quien algo quiere, algo le cuesta”. En la víspera de la llegada de los Reyes Magos, este puede ser un buen regalo que haceros a vosotros mismos 🙂