El Sorteo de Lotería de Navidad reparte alegría, nerviosismo y, por desgracia, decepción a casi partes iguales.
El 22 de diciembre todos, desde los supermercados pasando por los bares y, por supuesto, por las agencias de traducción, estaremos pendientes de si el décimo premiado está en nuestro poder.
Desde diferentes medios digitales apuntan que más del 75,6% de españoles compran, al menos, un décimo de lotería, sin importar edad, sexo o ideología.
Una vez compramos un décimo nos gusta imaginarnos qué haríamos si nos tocase el primer premio (porque soñar nos está permitido y siempre hay que apuntar alto): tapar agujeros, hacer viajes, adquirir propiedades o automóviles…
La probabilidad de que te toque la lotería es de una entre 100 000, es decir, un porcentaje del 0,001%. De hecho, son casi las mismas posibilidades que:
- Abrir el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua al azar y acertar en la palabra “millonario”
- Empapelar tu habitación con las páginas amarillas y, con un dardo, acertar a tu número de teléfono
- Ir a una localidad de 100 000 habitantes y conocer a una persona de allí
De hecho, es mucho más probable que te caiga un rayo, que te conviertas en presidente de EE. UU. o en una estrella del cine, que ganes un Óscar (todo tiene relación) y que tengas cuatrillizos, entre otras muchas posibilidades.
Ahora vamos a hablar un poquito sobre historia: ¿cómo se originó el Sorteo de Navidad?
El primer sorteo de Lotería de Navidad se celebró en Cádiz en 1812, concretamente el 18 de diciembre de dicho año. Este sorteo fue idea de Ciriaco González Carvajal quien era ministro del Consejo y Cámara de Indias para recaudar dinero para el Estado puesto que tenían que hacer frente a los costes surgidos de la Guerra de Independencia.
Aunque muchos piensan que las palabras que describirían al Sorteo de Lotería de Navidad son “dinero” o “premio”, desde CBLingua tenemos en mente otra palabra: ilusión. Esa ilusión de estar atento a la televisión o la radio esperando a que salga tu número, la ilusión de compartirlo con tus compañeros de trabajo, familia o amigos, de reunirte, de disfrutar, de sonreír, de vivir.
Hemos vivido unos años complicados, pero la ilusión debería perdurar siempre, no solo en momentos puntuales como el Sorteo de Lotería de Navidad, sino en nuestro día a día.
En estas fechas tan especiales deberíamos recordar palabras clave: fraternidad, amor, bondad, generosidad, respeto, amabilidad e ilusión.